Tengo feroces enemigos
que atroces
e indignos
quitan el ápice
de todos los lápices
que a las hojas
desaforan
de todas sus formas
y preceptos
que perfectos
idealizo en ellas
mientras más blancas sean.
Tengo adúlicos amigos
que abúlicos
pero dignos
despuntan sus vicios
y a todo quicio
rompen
y al alma corrompen
con tanta gracia
que a la falacia
la tornan realidad.
Tengo un solo juez
que juzga cada paso
que sentencia cada vez
retazo a retazo
mis yerros, mis aciertos
y me condena
a cargar con la cadena
a través de lo eternos
día tras día
pues no duerme cuando duerme
y vigila mi vigilia.
Tengo enemigos
amigos
y un juez
que no son míos
y a la vez
son partes de mi yo más íntimo,
por los cuales
me desarmo,
de comparto
y me rearmo
hasta la blanca vigilia
de esta realidad finita.
que atroces
e indignos
quitan el ápice
de todos los lápices
que a las hojas
desaforan
de todas sus formas
y preceptos
que perfectos
idealizo en ellas
mientras más blancas sean.
Tengo adúlicos amigos
que abúlicos
pero dignos
despuntan sus vicios
y a todo quicio
rompen
y al alma corrompen
con tanta gracia
que a la falacia
la tornan realidad.
Tengo un solo juez
que juzga cada paso
que sentencia cada vez
retazo a retazo
mis yerros, mis aciertos
y me condena
a cargar con la cadena
a través de lo eternos
día tras día
pues no duerme cuando duerme
y vigila mi vigilia.
Tengo enemigos
amigos
y un juez
que no son míos
y a la vez
son partes de mi yo más íntimo,
por los cuales
me desarmo,
de comparto
y me rearmo
hasta la blanca vigilia
de esta realidad finita.
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