De tiempos inmemoriales
que no besan con sus bocas,
bellas bestias que inmortales
te enloquecen si las tocas,
con sus magias tan sensuales
a la gomas vuelven rocas
y en lo que es artes sexuales
como ellas solo hay pocas.
Tanto Dios como el Diablo
han usado su servicio
certero cual venablo
pues el hombre por su vicio
no pierde solo el vocablo,
si no que también, el quicio.
que no besan con sus bocas,
bellas bestias que inmortales
te enloquecen si las tocas,
con sus magias tan sensuales
a la gomas vuelven rocas
y en lo que es artes sexuales
como ellas solo hay pocas.
Tanto Dios como el Diablo
han usado su servicio
certero cual venablo
pues el hombre por su vicio
no pierde solo el vocablo,
si no que también, el quicio.
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