Indómita y sin salida,
con la mirada perdida
y las garras desplegadas,
ansiando dar la estocada.
Te erizas, te electrizas,
a tu actuar no le das prisa
pues en el fondo comprendes
que vivir de ti depende.
En tan solo un momento,
un falso movimiento
o cualquier actitud tarumba
te llevaría hacia la tumba.
Sería una proeza
que del humano y su vileza
salvaras tu pellejo.
Pero el rival es desparejo
y se aprovecha de sus ciencias,
sin llamado de conciencia
a lo que teme lo destruye
y a la verdad siempre le huye.
con la mirada perdida
y las garras desplegadas,
ansiando dar la estocada.
Te erizas, te electrizas,
a tu actuar no le das prisa
pues en el fondo comprendes
que vivir de ti depende.
En tan solo un momento,
un falso movimiento
o cualquier actitud tarumba
te llevaría hacia la tumba.
Sería una proeza
que del humano y su vileza
salvaras tu pellejo.
Pero el rival es desparejo
y se aprovecha de sus ciencias,
sin llamado de conciencia
a lo que teme lo destruye
y a la verdad siempre le huye.
1 comentario:
verdadera mente el humano depende de uno mismo
Publicar un comentario