domingo, abril 04, 2021

El bosque -- Poema

La luna parece destejerse
entre las danzantes hojas de los árboles verdes.
Las nubes, lejos de evanecerse,
empujadas por las cálidas brisas estivales,
tapan pudorosas a las celestes
estrellas que desnudas brillan en lo alto
mostrando impúdicas con desacato
su magia, su amor y sus delirios.

Los lobos, eternos solitarios,
compañeros de hechiceros retirados 
aúllan poderosos a las sombras, 
y gruñen, entre hambrunas y silencios,
a fantasmas que los huesos de los muertos no enterrados
van buscando permiso y redención
de ese mundo que se ha vuelto inalcanzable.

Los cuervos perdidos, único nexo entre el báratro y el cielo,
intentan advertir a los nocturnos caminantes
que una dama de blancos huesos y semblante negro
anda por ahí deambulando buscando alimento
con el que pueda saciar su horrible tormento.

No hay mármoles que nos recuerden a los perdidos en el bosque,
a los que no pudieron orientarse, levantarse o escaparse
de sus atroces mordidas y sus terribles miradas.

En algunos troncos aterrorizados y silentes de árboles que envejecen 
hay marcas escritas con sangre seca y navajas desafiladas
huellas que advierten que la muerte solitaria
deambula en las noches buscando
saciar su cuota alimentaria.  

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