Mañana cruel
que ponés frente a mí,
de la realidad,
su rostro más sombrío
y te jactás porque ostentás
el bellocino dorado del albor
en tus nubes pasajeras,
la tibieza del primer rayo del sol
la caricia de la brisa
la blanca escarcha
y al pájaro cantor
trinando buenos días.
Mañana cruel
no me muestres tu abundancia
pues hoy mi corazón se hunde
en el lodo de la tristeza.
que ponés frente a mí,
de la realidad,
su rostro más sombrío
y te jactás porque ostentás
el bellocino dorado del albor
en tus nubes pasajeras,
la tibieza del primer rayo del sol
la caricia de la brisa
la blanca escarcha
y al pájaro cantor
trinando buenos días.
Mañana cruel
no me muestres tu abundancia
pues hoy mi corazón se hunde
en el lodo de la tristeza.
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