Dar por cerrada una etapa
es como darse la espalda a uno mismo
es cerrar los ojos ante el espejo
es creer que uno es siendo
solo aquello que lleve puesto.
Solo la muerte es capaz de cerrar una etapa
pues esta vida es una línea contínua
de etapas que una tras otra
y por otras, se van sucediendo y pasando.
La muerte es el despertar del espíritu
que durante la vida estuvo durmiendo
asimilando aquello que en el sueño
sin querer queriendo de a poco fue aprendiendo.
Dar por cerrada una etapa es negarse a sí mismo
que el pasado es el maestro, de uno en el futuro,
aunque claro, el buen maestro enseña al alumno
a superar las huellas que quedaron
tras esos pasos, que uno a uno se fueron dando.
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