Sobrevuelan la silenciosa sobremesa
entre migas de pan y despojos de queso rayado,
sobre las rojas manchas de tuco
que se esparcen y confunden entre
las borravinas estampas de vino desparramadas
azarozamente y por todo el mantel.
Injustas e inquietas
llenan de zumbidos el ardiente mediodía
que quien no duerme se encuentra
panza arriba suponiendo alguna alegoría
con la cual culminar perfectamente
tanta demasía sin sentido.
Vulgares, insestuosas,
molestas e invasivas
sobrevolando los despojos y las migas
de todo aquello,
que uno sin dar importancia
con desdén
sin pena ni gloria, descarta.
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