sus requerimientos
sus caprichos
sus formas de construir el sino.
¿Será que no se cansa nunca
de la tanta vanidad
del sórdido egoísmo,
del frío cinismo?
¿Será que nunca se cansa?
¿Cuántas eternidades más
habrá de sobrevivir hasta entender
que vivir es trascender en paz,
tanto en el cuerpo, como en el alma?
Ojalá que los hilos de las Moiras
formen el telar más hermoso
y con él pueda acurrucarse
y protegerse de la oscura soledad
que alrededor de su trono y bajo sus pies
creó soberbio, tirano y orgulloso.
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