ni tampoco eso de ir contracorriente,
nada hay de sano estando al pendiente
de esas tristezas que suelen vivirse.
Lo mejor es siempre saber cuando irse
aun si el sino pareciera sonriente,
por más cercano que sea tu pariente
siempre es mejor saber cuando es que hay que irse.
Hay veces que eso que creés que es tu hogar
es una tortura que dolor te da
y estar pareciera que es sobrevivir.
No vale de nada mucho el prorrogar
el adiós a aquello que ya más no va.
¡Es una esta vida y la debes vivir!
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