Caigo en el hechizo de tus ojos
que profundos me miran desde adentro
y en el encierro que siento
por la vergüenza que en mi crece
mi rostro en rojo fuego se enciende
por los sentires ocultos
que por vos guardo y tengo.
Qué juguetona es tu mirada,
qué infernal es el brillo
que provoca la chispa
que incendia mi corazón
y suelta la brida
al salvaje córcel de mi pasión
que desbocado
solo quiere recorrerte.
Qué tremenda sensación
que poses en mi tu atención
aunque esta no dure más que un segundo
y en ese segundo fugaz
quedarme tieso como roca
latiendo fuerte la esperanza loca
de que algún día
seas solo mía.
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