De nada sirve
perder la paciencia
tratando de entender
aquello que no podemos rotular.
Los niños resuelven el alrededor
en tan solo un monosílabo que se repite
y sin embargo, a lo largo de la historia
el perro no ha dejado de ser perro
porque el niño le llame guaguau
ni el universo ha perdido
su magia, ni su encanto.
Imposible es perder aquello que no se tiene
aquello que es propio, no puede ser perdido
aunque desees dejarlo olvidado
en algún momento de tu senda
aquello que eres
será tuyo eternamente
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