Te encontré
sentada de blanco al borde del abismo
pensé que mi cordura
cedía ante la presión de la locura
sentí,
que la muerte había cambiado el color
de su harapiento y usado atuendo
o que a satán
se le había desteñido
el ya pasado de moda
traje color carmín.
Nunca creí
que pudieras ser un ángel de alas blancas
con puras intenciones
y ningún otro fin más que el de hacer el bien
sin mirar a donde, ni cuando, ni a quien.
Es raro
que en estos tiempos que corren
uno pueda alcanzar al tiempo
y que al correr a su lado
te dé, tan hermoso regalo.
Un hermoso presente como sos vos
única
romántica
perfecta
fantástica
que decide acompañarme
hasta más allá del infinito.
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