Vine a enterarme
que ser feliz no es un deber
si no más bien un derecho,
que lograr, no es una obligación
y que solo se logra
cuando se hace con gusto.
Vine a enterarme
que no es ignorancia el por qué
y que suele haber necedad
en los que al por qué responden.
Vine a enterarme
que el adelante de unos
es la izquierda de otros,
la derecha de esos,
el atrás de aquellos,
el abajo de estos,
y el arriba de algunos.
Vine a enterarme
que un granito de arena
es hacedor de milagros
y que haya granitos de arena
es ya, un milagro hace rato.
Vine a enterarme
que no hace falta permiso para vivir
y que puedo amar sin ser amado,
pensar sin que me obliguen,
hacer sin que me ordenen,
escribir sin que me dicten,
creer sin que me guíen.
Ahora sé
que al volver de donde vine
podré contar conmigo.
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