Entre los por qué
que aún no dije,
están los qué
que no comprendo,
los tal vez
que aún no pretendo,
y los pores
que he dejado...
Por esto
al silencio me presto
y trato
de no ser mal apalabrado
y tropezar con mi promesa
una y otra y otra vez.
Decidí callar cuando
con las armas en alto
te plantaste ante mi
exigiendo un si
como posible respuesta.
Mantuve la calma
cuando juraste partirme el alma
con tu arma más cruel:
la palabra.
Aún así,
sigo callando los qué
que tu insistes querer oír.
Y ya no estás en pie de guerra,
olvidaste las querellas
que a tu corazón atormentan,
y pretendés que todo
(esto que soy y me rodea)
no es más
que un floreciente jardín de mariposas negras.
que aún no dije,
están los qué
que no comprendo,
los tal vez
que aún no pretendo,
y los pores
que he dejado...
Por esto
al silencio me presto
y trato
de no ser mal apalabrado
y tropezar con mi promesa
una y otra y otra vez.
Decidí callar cuando
con las armas en alto
te plantaste ante mi
exigiendo un si
como posible respuesta.
Mantuve la calma
cuando juraste partirme el alma
con tu arma más cruel:
la palabra.
Aún así,
sigo callando los qué
que tu insistes querer oír.
Y ya no estás en pie de guerra,
olvidaste las querellas
que a tu corazón atormentan,
y pretendés que todo
(esto que soy y me rodea)
no es más
que un floreciente jardín de mariposas negras.
2 comentarios:
¿Intentando dominar el circo?
Un poema delicioso que me gustaría que leyeses "Quienes quiera que seais" de W. Whitman, aunque puede que ya lo hayas hecho (leerlo)
La palabra ... Poeta
Me ha gustado mucho.tus mariposas negras son preciosas
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