Dante y Virgilio en los infiernos - Eugene Delacroix |
crujió bajo el peso de mi pie
y comencé a encontrar a mi paso
a esos que en antaño
supieron alumbrar
el necio camino
que llevaba la humanidad
comprendí mi destino
dejé caer las monedas
las espigas de oro
los vellocinos áuricos
el rabo de nube
que llevaba para sobornar
a ese que te cruza
pero no te devuelve.
Ya sabía mi destino,
también el de todos.
1 comentario:
He oído de peces que salieron al sol y se quedaron para siempre.
Soy igual a ellos; déjame estar febril y enojada.
Ahora estoy totalmente entregada.
Soy tu hija, tu golosina, tu sacerdotisa ... tu boca y tu ave, y les contaré todos los cuentos sobre ti, hasta que me aparten para siempre.
Night Poeta.
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