Dulce dolor del alma saladadónde ha quedado
aquello que has dado
allí estás tu, bañada
en el horrible sopor
de un oscuro silencio
en el que te has hundido
por sentir tremendo tormento
que te arrincona
que te presiona.
Muero ante tus pies
me marchito suavemente
no soy tuyo pues me dejas
dulce y bella vida
que entre mis brazos
rejuvenecida, años a
por todo querías luchar
y hoy ya triste,
desvencijada,
solo queda de ti un destiempo
un adiós jamás dicho
y un rastro de sombras
arrojadas desde el olvido.
1 comentario:
Me dejaré caer en un desmayo sobre lechos de aterciopelado musgo; mientras el viento fresco entre las ramas acaricia mis agitadas sienes.
Gracias, musgo, por darme descanso, y a tí también, viento fresco ... que oreas pensamientos y cabellos, y aventas toda broza de mi mente.
He acampado mi espíritu Poeta ...
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