¡Ay de mí!
de mi incestuoso jardín
de flores marchitas
con sus nidos sin pájaros
y las fuentes sin agua.
¡Ay de mí!
de mis ventanas cerradas
de clausurados postigos
de puertas sin llaves
y escalones sin escaleras.
¡Ay de mí!
de mi voz muda
de mis oídos sordos
de mis manos quietas
de mis huesos blancos.
¡Ay de mí!
de mi futuro que no será
del pasado que no está
del presente que se desvanece
entre estas seis paredes de roble y seda.
de mi incestuoso jardín
de flores marchitas
con sus nidos sin pájaros
y las fuentes sin agua.
¡Ay de mí!
de mis ventanas cerradas
de clausurados postigos
de puertas sin llaves
y escalones sin escaleras.
¡Ay de mí!
de mi voz muda
de mis oídos sordos
de mis manos quietas
de mis huesos blancos.
¡Ay de mí!
de mi futuro que no será
del pasado que no está
del presente que se desvanece
entre estas seis paredes de roble y seda.
1 comentario:
Y está bien traído esto de no saber, a qué persona sacudirá mi corazón en sus últimos rabotazos
Poeta ...
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