Desde el esófago sale
puérpero el grito blindado
con una estertórea complicidad
de aquello que consideran
los más sagrado
y en el filo del espejo sangriento
la sanguinolienta palidez de la vida
que se va sin ser vista
ni oída por nadie.
Se desgrana
como un muñeco de trapo
entre gritos desgarrados
y siniestros que en el tiempo
se vuelven feroces como golpes
y de a poco,
destruyen la conciencia de aquel
que por azar o destino no estuvo
pues su tránsito era otro.
El sórdido momento en que todo pasó
hubo un mórbido silencio en donde estaba
pasando nada mientras allá lo que pasaba
era todo.
puérpero el grito blindado
con una estertórea complicidad
de aquello que consideran
los más sagrado
y en el filo del espejo sangriento
la sanguinolienta palidez de la vida
que se va sin ser vista
ni oída por nadie.
Se desgrana
como un muñeco de trapo
entre gritos desgarrados
y siniestros que en el tiempo
se vuelven feroces como golpes
y de a poco,
destruyen la conciencia de aquel
que por azar o destino no estuvo
pues su tránsito era otro.
El sórdido momento en que todo pasó
hubo un mórbido silencio en donde estaba
pasando nada mientras allá lo que pasaba
era todo.
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