pues mi tiempo no es mío
te espero paciente y tranquilo
pues una parte de mi tiempo
solo a tí te pertenece.
Te espero
paciente pues el fruto inmaduro
jamás echa buena simiente
al arrojarse al vacío
en cambio el maduro
se desprende de la rama
que lo parió y lo contuvo
y nunca cae lejos de su árbol,
y cría la misma madera,
y echa raíces fuertes
y comprendidas y cuidadas
por sus pares y afines.
Te espero
porque mi deseo es compartirnos
y ser parte de tu vida
por siempre de los siempres de los siempres.
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