Floristas Tarmeñas - Óleo - Julio Quispe Virhuez Quispejo (*) |
en el cuerpo de la mujeres
que me enloquece
no se si son sus formas
voluptuosas por redondas
si es la nariz en ángulo
su vientre sediendo siempre
o sus manos cargadas
de castigos y caricias.
No sé si es la promesa de su lengua
húmeda, tibia, dulce y amarga,
no se si son su espasmos
musculares y espirituales
en cada orgasmo, en cada abrazo,
o si simplemente es la sencillez que tienen
en volver al mundo
un caos perfecto
ordenado y estilizado.
Tal vez es el brillo de sus ojos,
su inestimada inteligencia,
el ritmo de su corazón,
los sueños en sus pechos,
la fortaleza de su espíritu,
sus tesoros escondidos,
el aroma de su piel en el invierno,
la calidez de su alma atemporal,
o la invitación de sus caderas
por esas piernas largas
inevitables y pretenciosas.
Tal vez sea simplemente
la redondez de su culo, yo que sé.
No sé
no sé qué es
lo que ellas tienen
que me enerva y enloquece
hasta dudar de mi cordura
y mis sentidos,
de lo real, de lo soñado
o de aquello que siempre he querido.
No sé que sea,
pero si de algo estoy seguro
es que son
la más bella obra de arte.
1 comentario:
Déjame tumbarme en tu alfombra, en tu colchón de paja, o lo que tengas a mano, porque la niña en mí se está muriendo.
Esta es la llave para todo.
No es que sea una especie de calle.
Pero tus manos me encontraron como un arquitecto.
Vivo cuando están vivos tus dedos.
Así que dime lo que quieras ... pero recórreme como un escalador Poeta ...
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