Donde la lluvia de primavera
ha caído sin aviso
donde le frío ha llegado
presuroso y sin permiso
donde el calor ha golpeado
cruel y sorpresivo
donde las hojas han caído
de un otoño de imprevisto
donde el río ha llegado
y bañado las costas de piedra
donde la montaña se yergue
con orgullo y soberbia
donde la nieve no es agua
donde la nube se arma
donde el agua es oscura
donde la luz no llega
e igualmente el tiempo existe.
Allí,
donde todo es y nada queda
es donde los sueños
se hacen realidad.
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