Un grito sordo en la ciega noche
la insensible espina evita la lágrima
que sobre ella rodar intenta.
La cresta se crespa impune
salvaje, casi inmune
a los espurios que acechan
y quieren, e intentan
acallar a su presa
aplica en su cuello presión
rodeando la tráquea
las fauces se cierran.
El sofocado dolor
ignorado por la luna
que mira a otro lado
se desangra de a poco.
Muertes sin llanto en mitad de la nada.
Sus hoyos tapando,
sus sentidos tapiando,
las sombras silentes
presencian ausentes
el comienzo y el fin
del inexorable círculo.
la insensible espina evita la lágrima
que sobre ella rodar intenta.
La cresta se crespa impune
salvaje, casi inmune
a los espurios que acechan
y quieren, e intentan
acallar a su presa
aplica en su cuello presión
rodeando la tráquea
las fauces se cierran.
El sofocado dolor
ignorado por la luna
que mira a otro lado
se desangra de a poco.
Muertes sin llanto en mitad de la nada.
Sus hoyos tapando,
sus sentidos tapiando,
las sombras silentes
presencian ausentes
el comienzo y el fin
del inexorable círculo.
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