Al igual que el año pasado, durante este mes, vamos a compartir las 31 entradas que más han gustado al escritor de este blog, por lo que en los 31 días que siguen vamos a rememorar los escritos escondidos en el pasado, que de cuando en vez se asoman a saludar desde la ventana que el presente ofrece para que uno pueda mirar atrás, y no olvidar, y recordarse a uno mismo, en otro momento que superamos pero que igualmente es parte de nuestras formas, maneras y costumbres. Iremos de a poco, sin orden de preferencia, uno a uno por treinta y un días dejando en el tintero algunos de los que han quedado para en cualquier momento, sin vergüenza, reaparecer.
Con ustedes un fragmento de El viejo y las uvas, Novela . Subido al Blog el 19 de Octubre de 2007.
El viejo y las uvas
Si solo de verlo parece un pobre tipo, desarrapado, patapulguiento, desgreñado y con una cara de pelotudo que se cae de bruces sin motivo alguno, miralo como camina ancho de hombros, cree que es el dueño de la vereda... pobre tipo, antes era un poligrillo que mendigaba las migas de los panchos en las plazas, lo más triste era verlo pelear contra las palomas por esas migas. Más de una vez, entre la calesita y el olmo, se sentaba a llorar desconsoladamente por el hambre que tenía, las quejas de sus tripas se escuchaban entre el llantito debilucho que largaba entre sus manitas ososas con las que cubría su esquelético rostro... en verdad que daba pena, más de una vez me quise acercar y ayudar, pero siempre me mandó a la mierda diciendo, metete tus miserias en el orto, borracho de mi... no le aceptaba nada a nadie, nunca quiso la compasión, ni la caridad de algún alguien. Era un tipo hosco y jodido que decía que algún día iba a ser dueño de algo y que ahí, íbamos a ver quién era más guapo. Quién iba a pensar que esto algún día sería verdad, no? Quién iba a pensar que se ganaría la lotería y encima, un pozo multimillonario, tanto dinero tuvo en las manos que el muy turro arregló la elección del intendente y al ganar éste las elecciones le dio la plaza, destruyó todos los juegos para niños, se deshizo de las bancas de madera ardiendo en pira en mitad del parque, cercó la plaza con alambres de púas y alambres electrificados, guardias de seguridad cubrían el perímetro de la plaza cuidando que nadie entre en el sitio, pero pronto empezaron las sospechas... no querían que nadie entre o no querían que nadie salga? Ruidos raros escapaban constantemente de allí, y nadie sabía que hacer. A veces parecía que se carneaba un chancho, otras gatos pariendo, otras riñas de perros o de gallos, se escuchaban voces humanas como si se corrieran grandes apuestas o desfiles ya que más de una vez se escucharon fanfarrias tronar.
Pensar que no tenía nada y al ganar la lotería y sigue teniendo lo mismo, nada... así ancho como lo ves caminando con esa sonrisa tatuada en su boca, con sus ojos que miran por sobre el lomo de la nariz, si te fijás en su mirada o si hablás con él, sabrás que lo que aprendió de la vida hasta ahora es pura patraña, se siente persona mejor porque el pobre tiene dinero, y pasa por al lado de los pobres y se ríe mientras ellos sufren, claro que ahora tiene una panza que le sale desde la quinta costilla y le llega hasta la pelvis, siempre toma gaseosa o esta comiendo algún pancho, del que cuida recelosamente las migas, ya que con las palomas no piensa congraciarse jamás.
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