Al igual que el año pasado, durante este mes, vamos a compartir las 31 entradas que más han gustado al escritor de este blog, por lo que en los 31 días que siguen vamos a rememorar los escritos escondidos en el pasado, que de cuando en vez se asoman a saludar desde la ventana que el presente ofrece para que uno pueda mirar atrás, y no olvidar, y recordarse a uno mismo, en otro momento que superamos pero que igualmente es parte de nuestras formas, maneras y costumbres. Iremos de a poco, sin orden de preferencia, uno a uno por treinta y un días dejando en el tintero algunos de los que han quedado para en cualquier momento, sin vergüenza, reaparecer.
Con ustedes la poesía Lo que el General le advirtió al Joven emperador del libro Vitruosa Virtualidad. Subido al Blog el 02 de Febrero del corriente año.
Lo que el General le advirtió al Joven emperador
Sos una lacra, una larva sin alas
y que nunca las tendrá,
sos de esas personas que piensan
que los hombres y mujeres
no valemos más que un número,
y nos tratás con frialdad
e indiferencia
como si todo lo que hiciéramos
no valiera ni una mierda.
Te escondés de las miradas,
te agazapás en lo que pasa,
entre las sombras,
sin decir nunca una palabra,
coqueteando con la vida.
Tu verbo y tu actuar no son más que mentiras,
sabés que tu corazón está marchito
y que es una deshonra a la verdad
cada latido que éste da.
No nos gusta tu manera
porque no sos frontal para decirla,
no sos cristalino, ni creterioso al decidir,
no confrontás, ni te animás a marcar
lo que está bien, lo que está mal,
y para peor de males sos ese
que tiene que señalarlas cosas que están bien
las cosas que están mal.
Tal vez nunca quisiste ser líder,
pongámosle que así fue,
que te obligaron, que te pusieron al frente de todo
y vos querías estar en la retaguardia
escondido, entre las sombras, siendo uno más del montón
pero ahora estás expuesto, al frente,
con los huevos en la garganta
y no te queda otra que guiar a los que están detrás tuyo
darles armas, enseñarles, hacerlos grandes.
Un imperio no se forja con mentiras,
ni miserables cobardías, somos los que te rodeamos,
el pueblo del imperio, los soldados para defenderlo,
o es acaso que prefieres,
un millón de mercenarios con papeles
a un puñado de hombres valientes y fieles?
Los hombres nos batimos con orgullo e hidalguía
cuando nuestro líder es fuerte de carácter,
defensor de la verdad y el primero en cruzar las líneas enemigas.
Un gran líder da la vida por su pueblo
sin importar cuál sea el precio,
por esto es que necesitamos saber
qué tipo de líder es el que nos guía
porque de eso depende nuestra pasión en la lucha,
nuestro orgullo de imperio, nuestra necesidad de crecimiento
nuestra búsqueda de la verdad.
Con humildad y músculo
entregaremos la vida a cambio del mundo
pero sólo si eres, un hombre entregado y de bien
que le dé a su pueblo, todo lo que para vos soñaste tener.
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