Esta es, sin lugar a duda,
la era de la comunicación
se ha vuelto una idea imposible
el quedarse
sin posibilidad alguna
de estar en contacto
con el mundo que nos rodea
teléfonos, celulares, señas, señales,
letras, tonos, notas, marcas, imágenes,
hendiduras, cartas, emails, sms, un piolín y dos latas...
todo es lícito en la comunicación de hoy día
hasta las miradas, caricias, silencios,
ondas invisibles que se desparraman
por el mundo mágico del entendimiento
del imaginario colectivo.
Es posible para cualquiera
llegar a su propia espalda
dando primero la vuelta al mundo
pasando por todos los ojos
por todos los oídos, por todos los cerebros
que hayan intervenido en el medio.
La comunicación ha llegado para quedarse
aunque aún
pocos son los que comprenden cuál es su fin
y la utilizan
de manera siniestra, monopólica y cruel
sin medir consecuencia alguna.
Algún día
la comunicación
volverá a ser libre
personal, gratuita
y sin fines de lucro
mientras tanto
sigamos desparramando
cuidando a aquellos
que nos rodean.
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