Tengo siete minutos
para cambiar el destino;
la cuenta regresiva
muestra el camino.
Del árbol, los frutos,
caen sobre la llama viva,
y siquiera el divino,
al que nunca escruto,
encausa esta deriva.
Me queda un minuto
perdí seis... ¡qué desatino!
Es una cuestión decisiva
para andar de peregrino
por nervios, mi bilis esputo
mezclada con ansiosa saliva
que segrego supino.
Abnegado y de luto
me entrego a la ofensiva
Ya no hay minutos
que sirvan al sino,
La indecisión agresiva
abrió mis intestinos,
hasta volverme diminuto
en su estruendosa conflictiva.
Cobardemente mi destino
he dejado irresoluto
por no tener la iniciativa.
para cambiar el destino;
la cuenta regresiva
muestra el camino.
Del árbol, los frutos,
caen sobre la llama viva,
y siquiera el divino,
al que nunca escruto,
encausa esta deriva.
Me queda un minuto
perdí seis... ¡qué desatino!
Es una cuestión decisiva
para andar de peregrino
por nervios, mi bilis esputo
mezclada con ansiosa saliva
que segrego supino.
Abnegado y de luto
me entrego a la ofensiva
Ya no hay minutos
que sirvan al sino,
La indecisión agresiva
abrió mis intestinos,
hasta volverme diminuto
en su estruendosa conflictiva.
Cobardemente mi destino
he dejado irresoluto
por no tener la iniciativa.
1 comentario:
"Soy un enviado del infierno, soy un demonio exterminador" grita D. Alvaro al arrojarse por un precipicio ante la muerte de su amada Dª Leonor
Me lo hiciste recordar, es una obra de teatro de 1835 (D. Alvaro o la fuerza del sino)
Buenas noches Poeta ...
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