Es la imagen difusa de un alguien que sueña,
pues en los sueños, el hombre
es quien menos importa.
Son confusas las cosas, la mente se adueña
y aquello que tiene nombre
a su parecer lo forma.
Un árbol ya seco, sin hojas ni flores.
En la mesa de un bar alguien que espera
y dos pies que se alejan,
el compás en desuso, y un banderín
flamea poniendo el fin de tantos horrores.
¿Has visto el sueño en la cara del hombre?
Los quienes sin identidad están ocultos
bajo excusas de grises borrones,
abierta en la sien una grieta
por donde se cuelan tristes
los miedos más profundos.
¿Qué fue de los azhares y camelias
en tus púberes años
cuando no había estructuras?
¿Como resarcir la contumelia
y reparar los daños
que se colaron por las rajaduras?
Mira la cara del hombre que sueña,
y despierta de tu pesadilla.
pues en los sueños, el hombre
es quien menos importa.
Son confusas las cosas, la mente se adueña
(*) Lidia María De Salvo - 2009 - Neuquen |
a su parecer lo forma.
Un árbol ya seco, sin hojas ni flores.
En la mesa de un bar alguien que espera
y dos pies que se alejan,
el compás en desuso, y un banderín
flamea poniendo el fin de tantos horrores.
¿Has visto el sueño en la cara del hombre?
Los quienes sin identidad están ocultos
bajo excusas de grises borrones,
abierta en la sien una grieta
por donde se cuelan tristes
los miedos más profundos.
¿Qué fue de los azhares y camelias
en tus púberes años
cuando no había estructuras?
¿Como resarcir la contumelia
y reparar los daños
que se colaron por las rajaduras?
Mira la cara del hombre que sueña,
y despierta de tu pesadilla.
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