Pandemia -- Poema

Barbijo Animé

Nadie sabe cuándo empezó,
pero les juro
que fue en un momento oscuro,
estaban todos con miedo
y gobernaban las caras de culo.

Dicen que fue algo momentáneo,
un instante silencioso que de a poco
se fue contagiando,
se ignora si fue un pensamiento
o una reacción a un estímulo invisible,
si fue la obra increíble de algún artista plástico
o la idea loca de algún revolucionario...
sea quien sea quien fue,
buscó que la realidad
fuera vivida como una oportunidad.

No se sabe bien cómo, pero pasar, pasó;
de pronto y sin aviso, como pasa todo,
en un rostro la boca empezó a estirarse,
tal vez por desperezarse o con el mero fin
de construir un hermoso puente entre oreja y oreja,

siendo así como por vez primera,
una sonrisa brotó desvergonzada y feliz.

Vieras como sonreía sonriendo la muy sonriente.

Cuentan que alguien pasaba por ahí
la vio tan feliz y con tantos dientes
que de repente se contagió,
como se contagian los bostezos,
los abrazos, las miradas, los deseos,
y se sintió tan bien sonreir con el espíritu,
sonreír con el cuerpo, sonreír con el alma,
que inmediatamente buscó a otro alguien
a quien sonreírle, y con esa sonrisa también
al otro se le iluminó la cara, el espíritu, el alma.

Y vieras como se viralizó esa sonrisa,
las ventanas se abrieron y entró la luz
y la oscuridad se fue yendo
y los corazones sintieron,
los brazos se estrecharon al momento
y luego sonriendo surgieron los besos.
Espontáneas nacieron trillizas
la caricia, la ternura y la compañía;
y el mundo, de pronto fue otro
se acabaron las caras de orto
y ya no hubo más miedos,
mentiras, ni odio.