Pálida y anémica
descansa en la repisa
como una colombina
la muñeca de porcelana
con las mejillas rojas
y un alegre atuendo
llenando de ilusiones
a las niñas que la miran.
Guarda en sus ojos
una mirada perdida
se recuerda así misma
cuando aún no era nada
pero ahora es la reina
de la juguetería
brillando con luz propia
ante los ojos que la miran.
Es hermosa la muñeca
pálida, perfecta,
con los colores más hermosos
está ella vestida
quisiera estar con ella
y cuidarla cada día
pero ella ni me mira
desde lo alto de la repisa
¿Será porque soy de trapo
y mis ropas son harapos,
tengo el corazón de almizcle
y mis ojos, botones pintados?
Es hermosa esa muñeca
si pudiera alcanzarla
y decirle cuanto la amo
tal vez su blanca tez
se ruborice y me sonría
y me acepte a su lado
de la repisa, en lo más alto.
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