Llega la noche
silente, cómplice,
todas las estrellas
se cuelgan del cielo
y la luna redonda
bañada en plata
de sus prendas se despoja.
Desde los bancos de las plazas,
los jóvenes enamorados
se miran a los ojos,
le sudan las palmas de las manos,
ruegan a las estrellas
que murmuren a sus amadas
esos escondidos secretos
tras sus labios tímidos e inquietos.
Bajo el cielo azul profundo
que en un guiño los acompaña
con amor y con dulzura
de esperanzas sus almas baña.
Jóvenes enamorados
que las estrellas guían
dejad que el cielo ría
locamente descarriado
que el amor sea simiente
que la dicha sea el suelo
que la verdad sea el abono
y así su amor alcance el cielo!
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