Al final,
resultó que era un pobre tipo
y no es que sea pobre
porque tenga poco
si no más bien
porque lo que tiene no le alcanza.
Alguna vez
creímos de él
que no era más
que un hombre ambicioso
vicioso
egocéntrico
avaro
y por decantación
inseguro de sí mismo
pero no...
al final del túnel supimos
y entendimos, sabemos
y entendemos
que él no es más
que un pobre tipo
que se revuelca en el odio
en la envidia
en la necesidad
en la miseria del lodo
en el barro de la cicatería
en la ruindad
y mezquindad del necio,
la roñosería del que siente
que la vida le ha dado por la espalda
lo que a otros le da en las manos.
Pobre tipo
vieras como se queda
con lo que no le corresponde
y también con aquello que está destinado a otros,
pero...
quiénes somos para juzgar
más que meras víctimas
de esta humana condición
que empobrece el espíritu
y engristece el alma
de quien conocemos como
un hombre común.
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