En el blasón familiar
donde lo heredado
no se hurta, ni se vende
pero fácilmente se pierde
cuelga una parte del honor
de la vida transcurrida
hay quienes ven
su futuro en el pasado
y es por eso que orgullosos
exhiben en la pared del comedor
aquello que otros han logrado
hay quienes ven el presente con vergüenza
pues aquella senda que transitan
no ha de ser nada halagüeña.
En el blasón familiar
cada dibujo, cada forma, cada color,
habla a viva voz
de una parte de la historia
que nuestros anteriores
a fuerza de sangre y filo
supieron mantener vivo
en la hoguera de los tiempos.
En el blasón familiar
se lee el pasado con orgullo y esperanza
por esto hay quienes
(que se entregan a la holganza)
que a su escudo guardan
vergonzantes de aquello
que jamás podrán hacerlo.
Detrás del blasón familiar
ocultarás todas tus miserias
ponderarás el pasado ante tus tristezas
y te erguiras ante el plebeyo como noble
y ante el rey te hincarás
como uno más de la manada.
El blasón familiar te permite
que te sumes a esta fantasía
que se vive, en un mundo de mentira
donde no importa a dónde vas,
si no más bien, de donde vienes
y quienes fueron los que te preceden.
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