He sido capaz
de ver mi rostro,
ese que se oculta
bajo las facciones
que fue tallando el tiempo,
el que detrás de cada arruga
de cada mueca ensayada,
se esconde inocente,
de la máscara cotidiana.
He podido ver mis ojos,
con los que veo de verdad,
no estos ojos que miran
y dejan escapar mi alma,
no estos ojos curiosones
inquietos e inquisidores
que buscan siempre más.
He podido oír la voz,
la voz que susurra al pasar del viento,
que canta a las estrellas,
que genera las mareas,
y estremece a la montaña
con el sonar de sus labios de trueno.
He podido sentir
en lo profundo de mi ser,
sin precisar de mi lengua,
del corazón o de mi piel.
He podido saber
sin tener ningún estudio
he podido llegar
sin haber salido,
he podido entender
lo que aún no tiene sentido.
En resumen,
hoy alcancé el objetivo
que el destino y yo
nos habíamos propuesto.
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