Aún estás aquí
puedo sentirte
caminando sigiloso
escondido entre las sombras
con tus ojos amarillos infernales
de mirada traicionera y torva
mirándome como a una presa
esperando el momento
para atacarme
con tus garras
por la espalda
me recorre un frío
ha de ser tu instinto
que cruel y asesino comienza
a desafiarme marcando el territorio
que pretendés y marcaste como tuyo.
Despreciable gato negro
ya no me atormentes
no soy tu juguete
tu ratón de hule.
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