El eremita al ver la luzcierra sus ojos
en la oscuridad,
el hombre iluminado
los abre aún más.
El necio ante la palabra
se vuelve gritón y sordo
la palabra ante el necio
pierde su don
de comunicar e instruir.
El pequeño en un mundo de gigantes
puede pasar desapercibido,
los gigantes siempre
son motivadores
de sumisión, pesadillas y miedo.
Los horizontes siempre son lejanos,
el camino siempre es largo,
el tiempo será siempre infinito,
el miedo es una herramienta,
la clave es, tener fe y paciencia.
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