Si revivieran sonámbulas
y desplegaran por la orilla
su paso taciturno
las ninfas de los bosques
licenciosas se vendrían
a jugar entre los dedos
de las almas que hoy perdidas
ya no buscan la esperanza
en el fondo de las aguas.
Si brotaran como rías
aquellas almas pías
que hallaron un consuelo
en el frío y hondo lecho
de saciar su sed de vida
acallada en tanta agua
y escaparan hacia el cielo
en la noche azul profunda
y que nada las confunda
ellas fueron y tuvieron.
Si estos pies acobardados
por tan inmenso incierto
se atrevieran en diez pasos
a cruzar al crudo infierno
y acallar el grito dado
y quitar de la memoria
los momentos del pasado
que transcurren sin sentido
mientras miro mi reflejo
en la orilla de este lago.
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