Cautivado por ese no se qué
que tiene tu fugaz existencia,
tu omnipresencia absoluta,
tu desprecio por las sobras.
Asombrado por tu eternidad
repetida en el presente
como un palo enclavado
en el medio de infinitos círculos concéntricos.
Distraído por tu atemporal estancia,
tu continuo devenir,
tu soluble transparencia,
y tu equívoca verdad.
Intrigado por saber
dónde quedan tus pasados,
el río que hoy no es, la torre que cayó,
el hombre que yo fui.
Desgraciado por estar en tus manos
que inciertas se funden con el caos
y en tu maléfico e inexorable sonreír
pasas por cada cual a tu manera.
¡Oh témpora, trémolo y nada sutil!
¿Qué será de este odio, de este desprecio,
cuando llegués a mi con tu única certeza
y tiendas tu mano hacia mi infinito?
que tiene tu fugaz existencia,
tu omnipresencia absoluta,
tu desprecio por las sobras.
Asombrado por tu eternidad
repetida en el presente
como un palo enclavado
en el medio de infinitos círculos concéntricos.
Distraído por tu atemporal estancia,
tu continuo devenir,
tu soluble transparencia,
y tu equívoca verdad.
Intrigado por saber
dónde quedan tus pasados,
el río que hoy no es, la torre que cayó,
el hombre que yo fui.
Desgraciado por estar en tus manos
que inciertas se funden con el caos
y en tu maléfico e inexorable sonreír
pasas por cada cual a tu manera.
¡Oh témpora, trémolo y nada sutil!
¿Qué será de este odio, de este desprecio,
cuando llegués a mi con tu única certeza
y tiendas tu mano hacia mi infinito?
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