La muerte de Dido - Agustín Cayot |
tu falta de heroísmo
tu cobardía frente al destino
pues el hombre que ama de veras
al mismo Júpiter se le planta
y le dice no.
Tu corriste como cobarde
luego de que me obligaran a romper mi promesa
no dejaste mi flor intacta
mi carne pura
transformaste en putrefacta.
Maldito troyano cobarde
que huiste cuando mataban
a tu esposa y a tu madre
que podría esperar de ti,
sea el filo de tu espada
la que al averno me lleve
y con mi amor primero me reencuentre
que las llamas purifiquen mi cuerpo
y que mi sangre sublime mi alma.
No serás bienvenido a mis ojos
a mi oídos, a mis labios, a mi corazón
jamás nunca en la existencia
pues amores cobardes
sobrarán siempre en Roma
que se irán sin haber llegado jamás a puerto.
Si es de tu delicia un pueblo
que abandona tras de si su promesa
¡Entonces que se sepa,
jamás vencerás a Grecia!
1 comentario:
Hay momentos que necesito los silencios.
Poeta ...
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