El ritmo de los tambores
avisaba al sol que llegaba la hora
de esconderse tras el horizonte
pues el tiempo del cazador se asoma
y la luna, en la otra punta,
saldría ansiosa en su busca
de tenerlo y poseerlo
y así adueñarse de el cielo.
El ritmo de los tambores
guían al sol al horizonte
quien desde su inalcanzable distancia
pretende apurar su paso
pues siente en su pecho abrasado
la proximidad de la luna redonda
que girando viene buscando
lograr vencer, al sol amado.
Rugen los tambores
mostrando el camino al sol que huye
refulge la luna en blanco
alumbrando los cueros vibrando en sus sones,
la tierra zonza sonríe cómplice
ya que hace siglos viene mirando
como una a otro sigue en vano
al ritmo del cuero que sigue sonando.
avisaba al sol que llegaba la hora
de esconderse tras el horizonte
pues el tiempo del cazador se asoma
y la luna, en la otra punta,
saldría ansiosa en su busca
de tenerlo y poseerlo
y así adueñarse de el cielo.
El ritmo de los tambores
guían al sol al horizonte
quien desde su inalcanzable distancia
pretende apurar su paso
pues siente en su pecho abrasado
la proximidad de la luna redonda
que girando viene buscando
lograr vencer, al sol amado.
Rugen los tambores
mostrando el camino al sol que huye
refulge la luna en blanco
alumbrando los cueros vibrando en sus sones,
la tierra zonza sonríe cómplice
ya que hace siglos viene mirando
como una a otro sigue en vano
al ritmo del cuero que sigue sonando.
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