Si me permitís
que en la complicidad de las sombras
mis labios se acerquen
silenciosos y con ansias
rodeando los tuyos
en un beso interminable.
Me permitís
que el calor de mi cuerpo
sea envuelto por la candides del tuyo
y en un hermoso orgasmo
nos compartamos
y traslademos
en un beso profundo
y sincero
a ese lugar que alcanzar queremos.
Permitís
que seas mi escalva
y a mi ser tu esclavo
clavarnos uno a otro
hasta que el amanecer
voyerista y sin vergüenza
amándonos nos sorprenda.
Sí,
permitime.
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