No me importa caer
si es luchando,
como tampoco me importa
morir o ser descuartizado
por el enemigo
si es que me atrapa vivo.
No me importa luchar
hasta morir de pie
o hasta que quede sordo
por los aullidos de las bestias
que nocturnas y salvajes
rondan cercanas y hambrientas.
No me importa perder
si al caer caigo peleando,
aunque los demonios del espanto
rejurgiten los pedazos
que quedaron ensuciados
por la sangre borravina
desparramada porque si.
No me importa vivir
si por amor muero en combate,
no me importa morir
pues sólo vivo para amarte.
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