Era cuestión de tiempo
para que la sangre corriera
por las venas europeas.
No supieron mantenerlas
limpias de sus mierdas
hoy el Danubio trae y lleva
las viejas pestilencias
con las que el imperio
sin vergüenza contaminó el mundo entero.
El planeta pide revancha
y el humano es quien paga la apuesta
pues el ego y la maledicencia
con la que se ha manejado desde siempre
han llegado a que el futuro
sea una idea inalcanzable.
El barro tóxico ha de ser
un invento del hombre
quién no supo imaginar jamás
que algún día, se volvería en su contra.
Monstruos somos y monstruos creamos
nuestra vida está en nuestras manos
y nuestras muertes, en nuestros actos.
para que la sangre corriera
por las venas europeas.
No supieron mantenerlas
limpias de sus mierdas
hoy el Danubio trae y lleva
las viejas pestilencias
con las que el imperio
sin vergüenza contaminó el mundo entero.
El planeta pide revancha
y el humano es quien paga la apuesta
pues el ego y la maledicencia
con la que se ha manejado desde siempre
han llegado a que el futuro
sea una idea inalcanzable.
El barro tóxico ha de ser
un invento del hombre
quién no supo imaginar jamás
que algún día, se volvería en su contra.
Monstruos somos y monstruos creamos
nuestra vida está en nuestras manos
y nuestras muertes, en nuestros actos.
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