Ha cesado la expectativa
la suerte está echada
tal vez descansando
tal vez haya muerto
o tal vez junte fuerzas
para renacer de nuevo.
Está exhausta, eso es seguro
todos la siguen pues dan a ella
caza furtiva, pues creen
que quien la atrapa, cautiva
todas sus magias, colores y favores.
Deja a la suerte echada
que duerma tranquila,
no es que no haga falta
pero es mejor tenerla a nuestro lado,
feliz, lozana, fuerte y descansada
que tenerla bajo el pie
infeliz, sombría y desganada.
La suerte está echada,
cúbrela con hojas de otoño
y que no pase frío,
llena su cuenco vacío
con agua fresca del río,
pon en su morral
pedazos de queso y de pan,
en su costal deja monedas
y sobre ella riega una plegaria
que al sol se eleve y le acerquen
aquellas cosas que le sean necesarias.
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