A merced de los vientos
y los caprichos de las mareas
en medio de alta mar
esperando la corriente correcta
usando las estrellas
como mapa distante y lejano
que al ojo del marinero
guía y muestra el camino
en donde los caminos no existen
y las sendas son imaginarias
inicia la travesía del confiado marino
sabé que llegará a buen destino
donde algún amor lo espera,
pues según dicen las malas lenguas
por el marino siempre un corazón late
en cada puerto distante
pero el corazón del marino al mar pertenece
pues entre sus poderosos vaivenes
el hombre aprendió a ver en sí mismo
su parte más oscura
su parte más brillante.
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