Soy capaz de reconocerme
en el resquicio de una puerta entre cerrada
en el filo de una boca
en la ponzoña de una lengua
en la caricia de una yema
en la brisa de una palabra
en el aliento de la mañana
en el alba fresca y clara
soy capaz de reconocerme
en el horizonte cercano
en ambas puntas del puente
en la orilla del muelle
y en el ir y venir del agua quieta
soy capaz de aproximarme
a mi, a vos, a esto a eso y aquello
y no dejar de ser quien soy
aunque el espejo quiera
confundirme con otro cuerpo.
Soy esto que soy hace tantos años
que no me hace falta los ojos para verme
que no me hace falta la carne para sentirme vivo
que no me hace falta la voz
para echar mi grito libertario
ni mis oídos para confirmar
que mi grito fue emitido
y al infinito ha llegado.
Soy capaz de ser quien soy
sin necesidad de reconfirmar mi existencia
con algún sentido perdido.
Soy
desde antes a después
esto, que todos sienten
pero que nadie ve.
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