Atardece
y por atardecer todo oscurece
salvo las estrellas
que aprovechan la oportunidad
no solo para mostrar su belleza
si no que además
para guiar el camino
de aquellos ciegos
de aquellos necios
que creen
que todo se acaba
cuando la luz se apaga.
Atardece,
las sombras
asoman
pero nada temo
pues las estrellas acampanan
y complacientes
en una eterna inmensidad
se abrazan a mis sueños
y los llenan de luz
hasta que al fin
simplemente se desvanecen.
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