Hoy en mi país se recuerda
la muerte de muchos patriotas
que lucharon por lo que ellos creyeron
que era mejor para esta tierra.
Y fueron muertes violentas,
irrespetuosas, sanguinolientas,
aguerridas, ilegales,
llenas de ideales.
Hoy en mi país se recuerda
la muerte de miles y miles de argentinos
que tenían casacas distintas
y por eso entre ellos se volvieron asesinos.
Han pasado treinta y cinco años
de sangre argentina derramada por argentinos
subvencionada por capitales extranjeros
que aún hoy en día, insisten que nada que ver tuvieron.
Han pasado treinta y cinco años
y es una herida abierta que aún sigue sangrando,
y que no sana, y que divide
desde hace treinta y cinco años.
Hoy en mi país es el día de la memoria
de la verdad, de la justicia,
y es necesario hacer un minuto de silencio
y abrazarnos entre todos, y prometernos
unión, paz y que nunca más
volveremos a traicionarnos
como argentinos, como hermanos,
y sobre todo, como seres humanos.
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