"A Isabel Van der Walt, quien supo despavilarme a tiempo"
Mi ángel salvador
celadora de mis letras
guardiana de la puerta
de este infierno de poemas
lectora minuciosa
silenciosa compañera
que avanzas a mi paso
siendo buena consejera
despertaste a este poeta
que durmiose en la vera
de una ría que pasaba
bajo un puente azul y blanco
el aleteo de tus alas
supo a tiempo abrir mis ojos
y que por alto no se pase
lo que para mi hubiera sido
catástrofe innombrable.
Qué haría yo sin su aviso
que por alto se pase y no por olvido.
Sentiría horrenda desazón,
oscura desilusión;
decir... que su hermoso corazón
supo besar al poeta
en el momento que solo
el buen amor lo despierta.
Qué hubiera sido hoy de mi sin usted
dulce y bella Isabel
si no me hubiera despertado
de esta ensoñación maldita
el doce de marzo sería
una estigma de por vida.
Gracias por besar
a esta bestia que dormía,
y despertarme, con tal dulzura,
que transformó en poesía
eso que sería pesadilla.
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