A veces siento
que en el lienzo
que la vida pinta
soy una parte del paisaje
a veces
tan pequeña e insignificante
como una piedra gris
resguardada en la sombra
de una gran arboleda
de mil y un colores alegres
y otoñales.
Entre la hierba
siquiera cercana al pie
de uno de los hombres
que, coqueteado por dos mujeres,
protegido de la suave ventisca
entre los troncos erectos
juega al te atrapo, atrapame.
Más allá un estanque de agua clara
calma,
con dos o tres totoras
y un par de patos
que juntan sus picos
graznando cómplices y silenciosos.
A veces
siento que en el lienzo que pinta la vida
soy esa piedra gris
resguardada en la sombra
y siento
en lo profundo del alma
que gracias a ser
esa piedra gris
oculta
todo el cuadro vibra
lleno de vida
siendo yo
el artífice y creador
del necesario equilibrio.
Soy piedra
y todo lo que me rodea
es
simplemente perfecto.
que en el lienzo
que la vida pinta
soy una parte del paisaje
a veces
tan pequeña e insignificante
como una piedra gris
resguardada en la sombra
de una gran arboleda
de mil y un colores alegres
y otoñales.
Entre la hierba
siquiera cercana al pie
de uno de los hombres
que, coqueteado por dos mujeres,
protegido de la suave ventisca
entre los troncos erectos
juega al te atrapo, atrapame.
Más allá un estanque de agua clara
calma,
con dos o tres totoras
y un par de patos
que juntan sus picos
graznando cómplices y silenciosos.
A veces
siento que en el lienzo que pinta la vida
soy esa piedra gris
resguardada en la sombra
y siento
en lo profundo del alma
que gracias a ser
esa piedra gris
oculta
todo el cuadro vibra
lleno de vida
siendo yo
el artífice y creador
del necesario equilibrio.
Soy piedra
y todo lo que me rodea
es
simplemente perfecto.
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