Me he encontrado
en mi yo más íntimo
con un monstruo al que desconocía
un monstruo oscuro
despiadado
solitario y triste.
Lo culpé de ser
el responsable de esto
lo responsabilicé de ser
también el culpable
le dí la espalda
pues su respuesta
eran las excusas de siempre.
Me fui
pisando firme
sin mostrar debilidad
esperando la fría sorpresa
del hierro en la espalda
penetrando
quitando mi último aliento
la última oportunidad.
Llegué
con un suspiro de alivio entre los labios
por no ser traicionado
llegué
con un suspiro lastimero
pues no pude siquiera
hacerme cargo de mis propias miserias.
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